Hoy, 22 de agosto, es el día del año 2020 en que agotamos nuestros recursos para subsistir. A partir de ahora entramos en “números rojos” y comenzamos a consumir recursos que no podremos regenerar. Estaremos consumiendo los recursos que le pertenecen a las futuras generaciones.
El precio de este déficit ecológico es cada vez más evidente: tiene forma de deforestación, de sequías prolongadas, de erosión del suelo, de agotamiento de las pesquerías, de pérdida de biodiversidad, de contaminación de los océanos y, especialmente, de cambio climático.
Estamos a tiempo de lograr detener la degradación de la Tierra: si retrasásemos el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra 4,5 días cada año, en 2050 volveríamos a vivir dentro de los límites del planeta.
Tenemos que cambiar la forma de vida: desde el modo en el que consumimos y producimos los alimentos, a cómo nos movemos, cómo conseguimos nuestra energía o cómo y en qué se invierte nuestro dinero.
Hay cosas que todas las personas podemos hacer para retrasar la fecha. Por ejemplo, acabando con el 50% del desperdicio de alimentos en el mundo la retrasaríamos 11 días. Y reduciendo a la mitad el uso del coche, la fecha se retrasaría 10 días más en el calendario.